¿Quién “habita” la sociedad? Por una epistemología no racionalista de la “persona”
Resumen
En la tradición fundacional del pensamiento sociológico fueron firmemente instalados los principios de una racionalidad pensante que procedió a la sistemática exclusión del ser humano de sus principios interpretativos. Ya sea desde determinaciones materiales, constricciones normativas o autoridades legítimas (Marx, Durkheim, Weber), los esquemas de comprensión de la socialidad humana se establecieron sobre la base de una reducción de su humanidad constitutiva a la abstracta constitución de las clásicas dicotomías de lo objetivo y lo subjetivo, lo práctico y lo teórico, lo individual y lo colectivo; en definitiva, a la construcción ra-cional de una representación anclada en la lógica de las dualidades. Se ha venido pensando al ser humano, desde la teoría sociológica, obviando su condición irreductible a toda representación formal, para lo cual, una de las metaoperaciones común a cuantas variantes puedan ser consideradas, es la supresión representacio-nal de la corporalidad animal que, como substrato, hace del ser humano, de su condición íntegra como ser social, una realidad precaria, imperfecta y determinada por la finitud de la existencia. ¿Qué ser humano “hace” sociedad y, por ende, la “habita” haciéndola? Uno socialmente configurado (performativa, práctica y existencialemnte) a partir de un cuerpo modelado según las exigencias de las estructuras (materiales, simbó-licas y afectivas) en las que se inscribe. La teoría sociológica no ha pensado al ser humano como cuerpo sin-tiente que es, en tanto que su socialidad efectiva de hecho lo ha ido conformando como tal. Proponemos una teoría sociológica del cuerpo y de las emociones como punto de partida para transitar hacia unas bases epis-temológicas propiamente “humanas”.Descargas
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